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Coronavirus, ¿escapado de un laboratorio por error humano, o de un mercado en Wuhan?

08/05/2020

Muerciélago habría pasado el coronavirus a un pangolín y de éste habría saltado a los humanos. En China, se comen tanto muerciélagos como pangolines. También sus escamas son usadas en polvo en la medicina tradicional china. Fotografía de Reuters | Prapan

En un informe de la Alianza de Inteligencia compuesta por los cinco principales países de habla inglesa (Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Australia y Nueva Zelanda), llamada «Cinco Ojos», se habla de un virus de murciélago desconocido con el que se investigó en un laboratorio en Wuhan. Este informe del Servicio Secreto de Inteligencia Australiano (ASIS) lo recibió el diario del mismo país «The Daily Telegraph». A partir de dicha publicación se dispararon las noticias sobre un supuesto «virus creado por el ser humano en un laboratorio de Wuhan». Y además que el mundo habría perdido un tiempo valioso en la lucha contra el virus, porque China ocultó información. Acusaciones de este tipo no solo fueron planteadas por Donald Trump, sino también por la prensa sensacionalista alemana. ¿Entonces se trataría en verdad de un escándalo de grandes dimensiones?

Un virus no creado por el ser humano

Lo más importante es que el coronavirus no fue creado por el hombre ni tampoco se propagó de acuerdo a un plan. En el informe del ASIS se expresa que no hay evidencia de ello. De hecho, el director del servicio de inteligencia de EE. UU., quien supervisa las 17 agencias de inteligencia del país, publicó un comunicado en el que aclara que, como la mayoría de los científicos, las agencias de inteligencia de EE. UU no tienen motivos para creer que la COVID-19 fuera creada por seres humanos o que haya sido modificada genéticamente. Al mismo tiempo, dichas agencias estadounidenses continúan investigando si el virus se transmitió a los humanos a través de animales o si surgió de un accidente en un laboratorio en Wuhan.

No es un proyecto secreto, en él participan Estados Unidos y Australia.

Según otro diario australiano, ”Saturday Telegraph”, un equipo chino de virólogos coordinado por Shi Zhengli, directora del Centro de Virología de Wuhan, trabaja desde hace 15 años en coronavirus procedentes de murciélagos, alrededor de 50.

Sin embargo, no se trata de un proyecto secreto chino. De hecho, el equipo ha cooperado, por ejemplo, con el laboratorio de salud animal de la «Organización de Investigación Científica e Industrial de la Commonwealth CSIRO», en Australia, y con la Universidad de Carolina del Norte, en EE. UU.

El objetivo de la investigación era aislar los virus en murciélagos e investigar su transmisibilidad a los humanos. En noviembre de 2015, casi exactamente cuatro años antes de que estallara la pandemia actual, un estudio de Shi en colaboración con la Universidad de Carolina del Norte, arrojó el dato de que los virus similares al SARS podrían saltar directamente de los murciélagos a los humanos y que aún no había tratamiento contra ellos. En 2019, en su siguiente estudio, esta concluyó que «es muy probable que los futuros brotes de coronavirus del tipo SARS o MERS procedan de murciélagos y que existe una gran probabilidad de que suceda en China».

No a las especulaciones

Los investigadores también mencionaron explícitamente el alto riesgo de su investigación, ya que el virus podría llegar a la calle accidentalmente. Diplomáticos de EE. UU. en China informaron en diciembre de 2019 sobre deficiencias de seguridad en el laboratorio en Wuhan, pero estas no han sido confirmadas aún.

El informe del servicio de inteligencia australiano rechaza las especulaciones y acusaciones. Por eso, la postura del gobierno australiano es que el virus procede, en un 95% de probabilidad, de un mercado en Wuhan. Sin embargo, sigue habiendo un 5 por ciento de posibilidad de que el virus, involuntariamente, podría haber escapado del laboratorio, en un accidente de investigación.

Críticas al gobierno chino

La parte delicada del informe del ASIS, un documento de 15 páginas, describe con claridad cómo China destruyó y retuvo información y pruebas muy necesarias sobre el brote de coronavirus en diciembre.

El caso de Huang Yan Ling, que también era empleada del laboratorio de investigación de Wuhan, es particularmente grave. Según los informes iniciales de la prensa china, se sospechaba que ella fue el primer caso de coronavirus del mundo («paciente cero»). Poco tiempo después, ella desapareció, se eliminó toda su biografía en línea y, desde entonces, no hay rastro de ella.

Por otro lado, numerosos médicos de Wuhan fueron detenidos por divulgar supuestos «rumores”. Además, el gobierno en Pekín hizo borrar términos de buscadores online en su país, como «mercado de pescado Wuhan», ”neumonía desconocida Wuhan” o «variación SARS”. Todo esto es una clara medida de censura por parte del regimen comunista para intentar controlar la información sobre el brote de la pandemia.

Además, hay otra acusación de mucho peso contra el gobierno de China. En este país ya se sabia acerca de la transferibilidad del virus de persona a persona en diciembre, pero este inicialmente lo negó e informó a la OMS el 20 de enero de 2020.

(rmr/jov)

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