Llevamos 5 meses en pandemia.

Mucha confusión, mucho miedo, muchas propuestas que no han sido adecuadas.

Poco a poco se conocen más detalles relacionados con la covid-19: sus características, su mecanismo de transmisión, patogenia, manifestaciones clínicas, complicaciones, factores pronósticos, importancia de la edad, presencia de otras enfermedades. ¿Qué falta? Un tratamiento definitivo y eficaz, y una vacuna. Aún se discute el mecanismo de transmisión. Aún estamos a la espera de pruebas de laboratorio diagnósticas de alta sensibilidad y especificidad.

El mundo entero fue testigo de la propagación demoledora de la enfermedad. Con más de 200 países reportando su estatus y más de 11 millones de casos confirmados, la masiva aparición de casos covid-19 en todo el mundo generó, entre otras medidas de contención, el cierre de las escuelas.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, conocida como Unesco, el cierre escolar envió a sus casas a 90% del estudiantado. Entre los afectados, 800 millones son niñas. Un número importante de ellas viven en lugares poco desarrollados, donde educarse es un verdadero reto. En Venezuela, esto significó el cierre de la educación inicial, la primaria, media, y la educación superior y otras modalidades de educación especial. Fue una interrupción brusca y masiva de la dinámica escolar. En Venezuela, la educación es un derecho y debe ser obligatoria y gratuita, según lo establecido por ley desde 1870.

Es complejo saber cuántos fueron los afectados. Cifras oficiales indican que el año escolar 2019-2020 inició en nuestro país con 8 millones de estudiantes solo en educación básica. El Proyecto Encovi, elaborado por la Universidad Central de Venezuela, la Universidad Simón Bolívar y la Universidad Católica Andrés Bello nos entrega la siguiente información: en nuestro país hay 1,7 millones menos de niños en edad escolar en comparación con el año pasado, la cobertura universitaria se redujo a la mitad, y casi un 50% de la población más pobre tiene rezago escolar de 1 año o más. La Encovi también señala que 4 millones de niños tienen problemas para asistir a la escuela. Finalmente, indican que hay 639 mil niños menores de 5 años con desnutrición crónica.

Para mediados de julio de 2020, Venezuela ya ha superado los 10.000 casos confirmados de covid-19. Para el 15 de julio, se reportaban 96 muertes y el índice de fatalidad por caso era de 0,96%.

Niños encerrados en casa, niños vulnerables

Los jóvenes son un grupo vulnerable durante la pandemia. Esta crisis los expone a explotación sexual, embarazos y matrimonios forzados. Así mismo, las jóvenes en casa son convertidas en empleadas para labores domésticas, descuidando su formación.

La Unidad Central de Ciberdelincuencia de España está investigando los círculos pedófilos, que han experimentado un incremento durante la pandemia. La Oficina Europea de Policía también señaló la preocupación por el aumento del abuso sexual infantil online en los países con gran número de casos.

La Jefa de la Policía de Correos y Telecomunicaciones de Italia señaló que todos los delitos cibernéticos están en aumento, con incremento de los delitos de pornografía infantil.

La cara más cruel del confinamiento en Venezuela es la violencia infantil. Por estar encerrados en casa por la crisis del covid-19, los niños de Venezuela son víctimas cada vez más frecuentes de violencia psicológica, física y sexual.

Así lo advierte la Red por los Derechos Humanos de los niños, niñas y adolescentes (Redhna), y agrega que “cualquier tipo de violencia trae consecuencias a corto, mediano y largo plazo en el desarrollo de los niños, además de vulnerar su derecho fundamental a vivir una vida libre de violencia”.

La ONG venezolana Cecodap, que trabaja por la defensa de los derechos en la infancia, publicó un comunicado durante el segundo mes de cuarentena en Venezuela para poner la lupa sobre este tema. “El maltrato contra los niños, niñas y adolescentes puede ser tan o más letal que un virus”, señalaron. También demostraron preocupación porque además del impacto de las medidas de confinamiento, “los servicios de protección han sido interrumpidos y mecanismos de protección, tanto formal como informal, se encuentran disfuncionales. El maltrato de los niños y niñas queda invisibilizado”.

Medidas para el regreso

En tiempos de covid-19, la reapertura vendrá una vez que los controles epidemiológicos permitan tener la pandemia “bajo control” y se flexibilicen las restricciones de movilidad. Cada país tomará la decisión de reabrir las escuelas “cuando esté garantizada la seguridad de los estudiantes”, dice la Unicef.

Es probable que el cierre escolar haya traído consecuencias negativas en los niños, afectando su vida social, su educación y su estado mental. El daño colateral generado por el encierro ha motivado a muchas comunidades en el mundo a replantearse el regreso a las actividades escolares dentro de las escuelas. El colegio representa la fuente de instrucción, crecimiento social y emocional, seguridad, nutrición, actividad física y mental.

Para la Universidad de Yale, el cierre escolar ha creado obligaciones no comprendidas relacionadas con la atención diaria. La prevención del contagio por el cierre escolar debe evaluarse rigurosamente.

En Italia se afirma que a medida que aumenta el conocimiento de la covid-19, se observa que los niños contagiados tienen una enfermedad asintomática o leve.

En Australia se habla del importante debate internacional que existe entre el cierre y la apertura escolar, y el papel de los niños en la transmisión de la covid-19. No se tiene claro cuál es el potencial de transmisión del paciente pediátrico.

Para un grupo de numerosas sociedades médicas europeas y chinas, los niños juegan un rol poco importante en la diseminación del virus, en comparación con los adultos. Este grupo concluye que en este momento el cierre de las escuelas tiene un impacto pequeño en la diseminación de la enfermedad.

Pero, ¿qué pasará cuando los niños vuelvan al salón de clases? Para el inicio de las actividades escolares se deben tomar en cuenta algunas restricciones. Se recomiendan reuniones en grupos pequeños, precauciones de barrera, distanciamiento, y medidas de higiene.

El grupo de alumnos siempre debe ser el mismo, evitando las mezclas. La protección de los maestros y el resto del personal es crucial. El ingreso del niño al colegio debe ir precedido de una adecuada y amplia historia epidemiológica. El escolar y el adolescente están en mayor capacidad de entender las reglas de higiene existentes para la adecuada convivencia y bajo riesgo de contagio en las escuelas.

La Academia Americana de Pediatría preparó una guía con el objeto de mitigar la propagación de la covid-19 con la entrada a clases. También plantean medidas de reapertura escolar sociedades científicas en Noruega, el Centro para el Control de Enfermedades de Atlanta, la Academia Americana de Pediatría, Salud Pública de Irlanda, la Escuela de Medicina Tropical e Higiene de Londres, la Universidad de Cambridge, la Universidad de Sydney, la la Escuela de Medicina de Seoul y otras. Organizaciones internacionales como Unicef y Unesco también proponen algunas normas y recomendaciones para las políticas del regreso al aula.

Parece que el acuerdo sobre el regreso a clases es cada vez más universal. La Unicef señala que más de 70 países han anunciado su plan de reabrir las escuelas y cientos de millones de estudiantes han vuelto a las aulas a principios de junio. Sin embargo, aclaran que “los países se encuentran en fases distintas con respecto a la decisión de cómo y cuándo se deben reabrir las escuelas”. Finalizo el artículo con la siguiente interrogante: ¿Cuándo estaremos preparados en Venezuela para el regreso a clases en las aulas?

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Juan Félix García es infectólogo pediatra, Jefe de Servicio y Director del Postgrado de Infectología Pediátrica en el Hospital de Niños J.M. de los Ríos. Expresidente de la Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría, y profesor de Pediatría en la Escuela de Medicina “José María Vargas” de la Universidad Central de Venezuela.