El sistema inmunitario no funciona como un ejército. Su función principal es vigilar, es decir, patrulla y alerta a nuestro organismo y se asegura que todo esté bien.
Se ha observado que ciertos grupos de individuos infectados por el coronavirus se comportan como supertransmisores (también llamados superpropagadores, supercontagiadores o superdifusores) de la covid-19.
Los cambios rigen a nuestro planeta y a la humanidad, sean estos epidemias o desastres naturales, políticos, económicos o sociales.
El 31 de diciembre de 2019, la Comisión Municipal de Salud de Wuhan (provincia de Hubei, China) identificó un nuevo coronavirus, denominado inicialmente 2019nCov, como causante de infección respiratoria en 41 personas que estuvieron en un mercado de animales salvajes.
Imagine una pandilla (virus) que quiere aprovecharse de las casas de los vecinos (células) para vivir, crecer y reproducirse en ellas.
Las personas infectadas por el nuevo coronavirus pueden tener experiencias diferentes, dependiendo principalmente del terreno genético (genes que lo hacen resistente o susceptible a una enfermedad) y su estado de salud.